“Tierra
de héroes”. –Siete héroes–.
El sol ni siquiera estaba a medio
camino de su cima cuando un viajero llegó
a la puerta. El cielo estaba despejado y soleado, y el viento era frío.
El viajero llegó montando una motorrad. con compartimientos colgando a ambos
lados de la rueda trasera, y una maleta grande sujeta al portaequipaje.
El motociclista estaba vistiendo un abrigo
marrón con los bordes envueltos alrededor de
sus muslos. Llevaba un sombrero con orejeras y una cuenta, y un par de gafas
sobre los ojos. Había una bandana alrededor de su cara para protegerla del
viento.
En el puesto de guardia fuera de las puertas,
el viajero se presentó.
“Hola. Soy Kino. Este es mi compañero, Hermes.
Esperamos quedarnos por tres días”.
El guardia cortésmente hizo unas preguntas, y
luego emitió un permiso de entrada para el viajero que se presentó como Kino y
al motorrad llamado Hermes.
El guardia preguntó si ella tenía algo como un
arma, y Kino respondió asintiendo.
“¿No están permitidas las armas de fuego?”,
preguntó Kino.
“De ningún modo. Todo lo contrario”, respondió
el guardia con una sonrisa.
—
Kino finalmente ingresó al país después de
pasar por las paredes blancas.
El interior del país era plano y espacioso. Mucho espacio para calles anchas y
grandes edificios de una planta. Muchos de los edificios parecían haber sido
construidos recientemente.
Mientras Kino estudiaba el mapa que
recibió en la caseta de vigilancia, un amable anciano llegó en un pequeño
camión. Fue un guía del país.
El guía les dio a Kino y Hermes una
cordial bienvenida y los llevó en camión al hotel. El camión conducía por las
calles anchas y desiertas hasta el centro de la ciudad.
Una vez llegados al hotel, el guía habló más
sobre el país.
El país había sido originalmente dos
naciones más pequeñas que se fusionaron diecisiete años antes. Una de las
naciones era un reino con un gran territorio pero una pequeña población, y la
otra era una república con un pequeño territorio y una gran población. La
tierra en la que se encontraban ahora era parte del antiguo reino, y la antigua
república estaba al otro lado de la cordillera.
Un día el rey perdió la cabeza, y como país
pequeño todo lo que podía hacer era buscar ayuda y cooperar con el otro país.
El otro país, el cual estaba teniendo un problema con su pequeña tierra, acepta
la oferta. Al convertirse en un país democrático, a todos se les dio el derecho
de la igualdad, y los dos países se integraron pacíficamente. El rey fue
enviado a quedarse en un hospital.
En este país, todas las personas con una edad
entre 18 y 50 años fueron obligados a registrarse como soldados. Estaban siendo
entrenados regularmente, y se almacenaron armas en todas las casas en caso de
que fueran llamados a luchar en tiempos de guerra. Por esa razón, disparar se
ha vuelto un deporte nacional muy popular en este país.
“Ya veo”, murmuró Kino mientras recordaba las
palabras del guardia.
—
Desde el mediodía, Kino y Hermes recorrieron el
país.
Kino adquirió suministros para el mantenimiento
de Hermes y compró algunas cosas que ella necesitaba.
Cerca de las paredes, había un letrero diciendo
“Campo de tiro público”. Al mirar de cerca, había un terreno inmenso para ello.
El gerente salió y les dijo que la instalación estaba cerrada por este día debido
al mantenimiento.
Kino se presentó y preguntó si ella podría
practicar tiro.
“Entonces, por favor ven mañana. Eres libre de
usar la instalación tanto como quiera, y si no es demasiado problema, por favor
enséñanos algunas cosas”, respondió el gerente con ojos brillantes.
—
El segundo día.
Como de costumbre, Kino se levantó al romper el
alba.
Comenzó el día con sus ejercicios
habituales y practicó apuntando
con sus armas.
“…”.
Pensó un momento, y luego continuó.
Después de comer, Kino le dio una palmada a
Hermes para despertarlo, y dirigirse al campo de tiro.
En el campo de tiro, mucha gente se había
reunido temprano en la mañana, desde civiles hasta grupos de personas vistiendo
uniformes militares.
Cuando Kino llegó, el gerente que conoció el
día antes la presentó ante todos. Cuando se les informó que ella viajaba
mientras se protegía a sí misma con sus armas, Todos quedaron muy impresionados y pidieron su guía.
"Sería muy divertido si
resultaras ser muy malo con las armas, Kino", dijo Hermes.
—
El campo de tiro estaba equipado con
todo tipo de instalaciones para todo tipo de situaciones, desde distancias
cortas a largas. Los objetivos se podían mover automáticamente, y los blancos
lejanos se mostraban en una transmisión en vivo para que los tiradores pudieran
decir rápidamente lo bien que lo habían hecho.
Una de las instalaciones era una
maqueta del interior de un edificio, desde donde aparecían maniquíes vestidos
como villanos, mujeres con bebés o niños con cuchillos.
Mientras la gente observaba, Kino
practicaba disparar municiones en vivo con Cannon y Woodsman.
Cada vez que ella hacía algo, Kino
recibía un estruendoso aplauso. "Toda esta atención hace que sea difícil
concentrarse", murmuró.
"Recuerda lo que el Maestro
siempre solía decir, Kino", aconsejó Hermes, "Mantén la disciplina en
todo momento".
—
“Señorita Kino, ¿no tiene un rifle con usted?”,
preguntó el gerente a Kino, mientras ella estaba almorzando en la cafetería.
Kino sacudió su cabeza.
“¿No le preocupa no tener un arma de largo
alcance?”.
Kino respondió que seguramente, hubo momentos
en los que ella sintió ganas de tener uno, pero la idea de llevar un rifle
largo sobre Hermes era completamente irracional.
Al escuchar esto,
“Tengo exactamente lo que está buscando”, dijo
el gerente alegremente, sonando como un vendedor.
—
“Gracias por esperar. Aquí está”.
Después de comer, el gerente puso
encima de la mesa una caja que contenía un rifle.
El rifle estaba dividido en dos
porciones. La primera mitad consistía en un marco de color negro con un cilindro
prominentemente largo sujeto en su costado. La segunda mitad incluía una culata
de madera y un visor de francotirador.
“Este es un modelo automático
con un supresor incorporado, que se puede desmontar para una mejor
portabilidad. Es completamente nuevo: recién comenzamos a suministrarlo al
ejército recientemente. Cuenta con una precisión mejorada y una construcción
más resistente ".
El gerente le aconsejó a Kino que lo
probara. Kino ensambló el rifle de acuerdo al manual ilustrado a su lado.
“¿Cómo lo ves? ¿Qué piensas?”
Kino dijo que el manejo no era malo y
que parecía ser muy fácil de usar.
“¿No intentarás disparar? Pruébalo y
por favor dinos lo que piensas”, dijo el gerente.
Kino se dirigió al campo de tiro, e
intentó disparar con el rifle prestado. Intentó apuntar a un objetivo lejano
usando el visor ubicado sobre un cojín en la parte superior de una mesa.
Cada que un disparo golpeaba el
centro negro del objetivo, la multitud detrás de ella estallaba en aplausos.
“¿Aún distrae?” Preguntó
Hermes.
"Estoy acostumbrado a eso
ahora", respondió Kino, y apretó el gatillo. Hubo otro rugido de
aprobación.
Después de varios disparos, se
encontró con un aluvión de preguntas.
Una vez que Kino había
practicado hasta el fondo de su corazón, fue bombardeada con preguntas. Una
persona le preguntó a quién había entrenado.
"Lo siento, pero no puedo
responder a esa pregunta", respondió Kino.
Otra persona le preguntó qué
tan avanzada estaba su instalación de entrenamiento.
"En realidad, entrené en
medio del bosque", respondió Kino.
Alguien más le pidió a Kino
que al menos revelara cómo llegó a ser tan hábil.
"... Todo lo que puedo
decir es que lo que no te mata solo te hace más fuerte", respondió Kino.
—
A mitad de la tarde.
Kino, Hermes y el gerente estaban alrededor de
una mesa en el comedor mientras comían postre.
“Wow, la señorita Kino es demasiado asombrosa.
Todos estaban sorprendidos. De repente, todos estaban motivados”.
“Bueno, ella tiene que estar a la altura de su
reputación. Es bueno ver a Kino ser elogiada de vez en cuando”, dijo Hermes.
“Mientras más entrenemos nuestras habilidades
de tiro, más fortaleceremos la defensa de nuestro país. Y como resultado
podremos proteger mejor nuestra paz y seguridad”.
“¿Este país tiene enemigos potenciales?”,
preguntó Kino.
El gerente sonrió tímidamente. “En
realidad, este país, de hecho, los dos países que lo formaron, nunca han estado
en guerra. No hay enemigos potenciales a nuestro alrededor. Decimos que todos
los ciudadanos sanos son un soldado, pero nadie tiene ninguna experiencia de
puntería, aparte de disparar a los objetivos de papel y maniquíes. Nos
enorgullecemos de nuestros ejercicios de entrenamiento regulares y las
habilidades de hombres y mujeres individuales, pero no tenemos idea de cuán
capaces de combate somos realmente ".
Kino habló. “La paz es algo muy bueno tener.
Creo que en tiempos de emergencia, se verán los resultados de su entrenamiento.
Estoy muy segura de que todos pueden pelear mejor de lo que creen poder”.
“Oh. Me alegra escuchar esas palabras. A partir
de ahora, trabajaremos aún más duro en nuestro entrenamiento”.
“Ese es el espíritu. Como suelen decir, ‘Si
estás preparado, no tienes ukelele’ (Aquí
se pierde la broma debido a la traducción, originalmente sería algo como “Si
estás preparado, no tienes qué preocuparte”, pero como hemos viniendo leyendo,
es de los típicos errores de Hermes al decir algún refrán o frase. El error es
desde su idioma original)”, dijo Hermes.
“¿Huh?”, el gerente dio una mirada de desconcierto.
“Hermes… ¿lo estás haciendo a propósito?”.
“¿Hacer qué?”.
—
En la tarde.
El gerente le dijo a Kino que si ella quería, y
si no interferirá con su viaje, no le importaría que conserve el rifle. Querían
que el excelente rifle de su país fuera útil en su viaje.
Kino lo pensó un poco, y educadamente expresó
su gratitud al aceptar la oferta. Kino preguntó por el nombre del rifle.
“Nombre… Oh, nada en particular. Nosotros le
llamamos por su abreviatura, ‘Rifle Nacional de Desmontaje n° 52’”.
“Eso es largo”.
"Tendré que pensar en un nombre
más tarde", dijo Kino.
—
El tercer día.
Durante la mañana, Kino se fue de turismo por
el país.
En el centro, un palacio desde los tiempos
cuando el país seguía siendo un reino todavía estaba en pie. Sus alrededores se
habían convertido en un parque público.
Kino le preguntó a Hermes qué pensaba
del palacio. Él respondió sarcásticamente: "No está mal. Pero todo es lo
mismo, Kino. Los reyes invierten todo su dinero en grandes palacios hasta que
la gente se enoja y lo derroca. El palacio se convierte en un parque porque la
gente quiere mantener el bonito edificio. Nunca he visto a un rey recibir
elogios cuando todavía estaba en el trono ".
En una esquina del parque, había una gran
piedra negra. La piedra era como una pared.
Kino pasó frente a él. Figuras humanas fueron
grabadas en la piedra. Hombres jóvenes, sonriendo, alineados uno al lado del
otro.
“Discúlpeme. ¿Es este un monumento de algún
tipo?”, preguntó Kino a una persona que pasaba por allí.
El hombre de unos 50 años dio un gran
asentimiento. “Oh, sí lo es. Este es un monumento para héroes”.
“Héroes, ¿verdad?”.
“Ah. Para la gente como yo que vino desde el
país de más allá, fue un evento inolvidable. Mucho antes de la fusión, eso fue
hace unos 30 años. En el país en que nací, la población había crecido tanto que
estaba tan apretada. Pero las paredes no podían extenderse más, y entonces
pensamos en enviar una expedición para buscar nuevos asentamientos. Doce grupos
en cada dirección”.
“Uh-huh. ¿Y entonces?”.
“Y entonces, reclutamos hombres jóvenes y
formamos equipos con 7 de éstos en cada uno. Se suponía que regresarían después
de medio año, ya sea tuvieran éxito o fallaran en encontrar una buena tierra.
Once de esos equipos regresaron”.
“Ya veo. Entonces, ¿estas personas son?”.
“Esos siete, ni uno sólo regresó después de 10
años. Fue el equipo que siguió la ruta de la montaña, la más peligrosa.
Probablemente, se encontraron con algún tipo de accidente… El gobierno construyó este monumento
en su memoria. Así es como se veían los hombres cuando partieron. Después, la
república se unió con el reino, y todos nos mudamos a esta tierra. Dejamos la
mayoría de los edificios como estaban, pero arrastramos este monumento con
nosotros. No podríamos dejarlo allí para que lo olviden. Nuestros héroes están
ahora en nuestros libros de texto escolares ahora ".
Kino miró al monumento de nuevo.
Ellos eran hombres jóvenes y musculosos, con sonrisas despreocupadas. Llevaban
rifles pasados de moda, y colgando sobre sus pechos había pendientes con el
mismo diseño.
Era un pequeño colgante, con un diseño de
estrella.
El hombre habló. “Es cierto. Pienso que
deberías visitar nuestro viejo país. Al oeste, justo más allá de esas dos
grandes cordilleras, hay una cuenca. Incluso ahora, el país todavía debería
estar allí. Las paredes, los edificios quedaron como estaban. No podemos volver
nunca más porque este lugar es nuestro país ahora, como podrán ver. Es posible
que encuentres interesantes los viejos edificios donde muchas personas vivieron
alguna vez. Los edificios idénticos están alineados uno al lado del otro; el
patio interior siempre estaba lleno de gente, y cuando era niño jugaba allí a
menudo. Es muy nostálgico”.
“¿Es así? Creo que iré allí y veré”.
Debajo de sus sonrisas, había una inscripción.
“—— Incluso si nuestros héroes no regresan, siempre estarán vivos en
nuestros corazones ——”.
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